lundi 6 janvier 2014

El_neptúnico ... ¡en Costa-Rica ! Semana 7

No, no sigo las semanas del calendario porque he dicho que os cuento los eventos, entonces es más fácil de esta manera.

En este viernes tres de diciembre, voy por la escuela y no puedo impedirme ir a ver cómo se siente Bez. No tiene clase antes de las nueve pero le despierto para que tome sus pastillas. En este momento me hace un gran regalo diciéndome que sí se siente muy bien y que durmió como un bebe. Le doy sus pastillas y le dejo seguir su noche.

El día se pasa sin problemas, le ayudo a ponerse su hielo en los hombros y le recuerdo cuando tomar cual medicamento. Regularmente, me hago la reflexión que no es un niño y que tengo que dejarle pero… le cuidé durante días y no puedo imaginar que se caiga de nuevo.

Como mi familia-tica no tuve una noche vieja tan agradable tampoco, planeamos hacer otra el sábado. Bez, él, no puede parar de moverse y quiere salir absolutamente. Por fin, planeamos otro restaurante hoy día.

Vuelvo a las ocho con Emmanuel y quedamos con Coco y Bez. Vamos por el restaurante y siento que mi tocayo está ya cansado. Como él me dice que no, seguimos y le ayudamos a caminar derecho. Hace un paso de lado y vuelve, no digo nada. Llegando al restaurante, hace otro, me callo para no molestarle… La cena se pasa sin problemas y Emmanuel nos regala tequileros. Evidentemente, mi protegido no puede beber pero no se molesta y disfruta. Al salir del restaurante, no sabemos qué hacer. Yo no quiero salir de disco y propongo acompañar a Bez a la residencia. Hablamos un rato para saber quién hace qué y… ¡lo peor llega!

Cansado, mi tocayo intenta sentarse al suelo pero pierde su equilibro y se da un sentón de menos de diez centímetros. Muy poco pero suficientemente para que, pienso, el choque repercute en el cuello y que el dolor suba tanto que pierde el conocimiento. Desde este momento, empieza a tener convulsiones y moverse de todo el cuerpo, haciendo subir el dolor del cuello…

Como la primera vez, llamamos a la ambulancia y a la escuela. Esta última no entiende enseguida la importancia del problema y tengo que enfadarme para que me ayude. Aquí está mi primera pelea en español… A continuación, el paramédico intenta explicarme que el seguro no va a pagar por esta otra intervención. Otra vez, tengo que insistir preguntándole que si Bez tiene que morir en la calle para que nos ayude. Por fin, después de un último intento pidiéndome hasta mi propia tarjeta de crédito y viendo en mi cara que nunca la tendrá, llama al seguro que confirma de repente el pago.

Al llegar al centro médico, el mismo que la última vez con el mismo médico, nos dicen que tenemos tres elecciones: Ir ya para el hospital de Libera para que haga exámenes, intentar ir ya hasta San José con el riesgo que Bez no lo soporte y que tengamos que parar en cualquier hospital o darle medicamentos para que pueda pasar la noche y nos vayamos al amanecer para San José (también con el riesgo de tener que irnos para Libera en caso de que no se tranquilice). La última solución me parece la mejor y su padre me lo confirma una hora después.

Durante la noche, mi protegido no tiene otra crisis y podemos dormir un rato, yo en otra camilla y Emmanuel al suelo. Tomamos tiempo para comprobar que tenemos todos los documentos (gracias a algunas chicas de la escuela que vimos en la calle y volvieron a la escuela a buscar cosas).

A las cinco de la madrugada, nos vamos para el aeropuerto pero esta vez, Bez está completamente durmiendo. Allí, un avión de emergencia viene a buscarnos para llevarnos al pequeño aeropuerto de San José. Estoy sentado en lugar del copiloto y puedo ver al cuadro de mando. Tengo que tener mucho cuidado de no tocar nada, con las manos o los pies, porque hay mandos por todas partes. A la mitad del camino, puedo disfrutar de uno de mis primeros amaneceres, y eso a una velocidad duplicada como vamos para el Este. Es el mismo equipo médico pero parecen más preocupados y no me gusta, me pone nervioso.

Llegando al hospital, tengo como una impresión de déjà-vu… ¡no sé porque! Hago la admisión explicando que ya tienen todos los datos y regreso para estar con Bez cuando se despierte. El medicamento que tenía para dormir le pone perdido y no recuerda muy buen lo que paso. Hablamos un poco pero está muy cansado y le dejo descansar. La médica del hospital que vimos la primera vez vuelve a revisarle y le explico lo que paso desde la salida. Afortunadamente, tengo todos los datos de la vez pasada y puedo enseñarlos a la doctora. El primer diagnóstico que teníamos del médico de Villareal fue una crisis epiléptica. Ahora, la doctora no está segura pero confirme que es parecido a un estado epiléptico.

Mientras que intento poner presión al hospital y pedir al padre de insistir, el seguro tendrá la misma actitud. Después de siete horas y de que el padre les amenace, aceptan confirmar el pago y podemos hacer los exámenes. Sí, siete horas esta vez… Bez está bien la mayoría del tiempo pero hace “pequeñas” crisis casi como todas las dos horas. Igual que la semana pasada, subimos a la habitación y esperamos el médico jefe. No sé porque pero las enfermeras parecen un poco raras… Tal vez, no esperaban vernos otra vez. ¡Me gustaría decirles que nosotros tampoco no habíamos planeados de verles de nuevo!

Del domingo al martes, hacen otros exámenes y salen perfectos. Además, tenemos la visita de un tisiólogo (pneumólogo ?) porque Bez hace crisis que llamo respiratorias. Este médico particularmente desagradable intenta explicarnos que estas crisis pueden ser psicológicas y me explica que Bez podría hacerlas para llamar la atención a los demás… Lo peor es que me pide de salir de la habitación cuando mi protegido las haga. Es decir que tengo que irme cuando él me necesita lo más. Estas ideas me parecen tan tontas que no le doy más interés. Luego es un neurólogo que viene y el parece mucho más simpático, ¡además habla francés! Él nos explica que no puede ser crisis epilépticas porque no hay ningún antecedente, las llama a las crisis mioclonias. Otra vez, el electroencefalograma está perfecto.

Como tenemos otros problemas con el seguro que no quiere pagar más el padre de Bez decida de venir. Eso me parece una buena idea así que el médico jefe nos explica que Bez sufre de vértigos generados por una sensación de aceleración y desaceleración del cerebro debido a un síndrome post-traumático cuando hizo su recaída. Al final, no puede regresar en vuelo comercial pero no necesita tampoco un vuelo especial… y el seguro no quiere acordar la escolta médica. ¿Entonces? ¡Nada! Puede esperar meses si no hacemos nada…

Durante estos momentos difíciles estamos al borde de un ataque de nervios algunas veces. No quiero mentirle, sí que la situación está pesada para mí también. Sé que me necesita y ayudarle me da mucha satisfacción pero podría estar en la playa con los otros o a clase. No quiero dejarle solo, y no lo hago. Entiendo que sufre y que quiere irse pero… no puedo hacer nada más.
Para ayudarme, recuerdo a algunos momentos que pasamos juntos cuyo uno que no os conté todavía: Una tarde, fuimos, nosotros dos, a Playa Grande. Está ubicada muy cerca de la playa de Tamarindo, hay únicamente que cruzar un río. Allí, las olas son más fuertes ya que no tenemos el nivel para surfear. Fuimos allí solo con unas monedas y nuestras camisas. Cruzamos el río andando con dificultades: Él tenía el agua al nivel de los hombros. Lo más interesante es que hay cocodrilos un poco más arriba del río… :p Fuimos al centro de la playa, como dos kilómetros después el río y disfrutamos mucho. Grandes olas, algunos turistas pero muy pocos, temperatura perfecta, ¡el sueño! Hicimos también castillos y peleas de arenal. Jugamos allí como cuatro horas. Al atardecer, no fuimos de repente que desapareció el sol y volvimos al río para tomar el barco que cruza. Intentamos llamarle, esperamos un rato, ¡nadie vino! Ya es de noche, hay probablemente cocodrilos que no podemos ver, estamos cansados y no tenemos de que pagar un taxi (¡treinta dólares!). Dije que sí me sentía capaz nadar el río pero no confío en mis fuerzas o ilusiones de fuerzas para hacerlo sin nadie más y no quiero poner a Bez en una situación de peligro. Entonces, volvemos en la playa e intentamos a buscar alguien que podría ayudarnos. Afortunadamente, encontramos a dos turistas que nos dicen que iban a nadar y que podíamos juntarnos... Lo hicimos, lo hice. Horas después, GoogleMaps me dirá que nadamos dos cientos metros. No sé si es correcto ¡pero me parecía bastante largo! No soy seguro pero pienso que es el mismo día que intentamos volver a casa haciendo autoestop y que caminamos como la mitad del trayecto… ¿Locos? Tal vez, pero ¡fue agradable!

El miércoles las cosas cambian un poco. De nuevo Bez recupera poco a poco su autonomía y hacemos los mismos ejercicios que la primera vez. Son cosas simples como comer solo, ir al baño o ducharse solo, abrir la ventana o sentarse cuando alguien entre en la habitación. Para él son victorias, para mí son momentos de espanto y luego de victoria. Sobre todo, lo que me da lo más de energía es de verle sonreír u oírle reírse. Le duele, duerme mal, está encerrado, pero conserva su buena humor. Pues, el miércoles, había dicho que quería irme para dormir a Tamarindo ya que su padre está en camino pero … (¡mis padres me van a matar!) como su vuelo está planeado para llegar por la noche y que yo quiero esperarle, me quedo una noche más. Bez está muy alegre con la idea que “Super Papa” está llegando a su socorro. Cuando recibimos su mensaje a las ocho diciéndonos que está atrapado en una cola de horas de espera en Maimi, os dejo imaginar la cara que hace Bez…

El jueves por la mañana, el chófer de la escuela llega para traerle su equipaje. Ya está claro que no regresará a Tamarindo, que no dirá adiós a su familia, que no volverá en la playa … A lo mejor, ¡estos meses! Con las maletas, le trae también una buena noticia: ¡Su diploma! Gracias a la ayuda muy importante de la directora académica de la escuela, Bez consigue su diploma de nivel B1 y tiene su pequeña celebración de graduación con diploma, foto y… collar cervical :p Como planeado ayer por la noche, yo regreso con el chófer y deja a Bez, solo, contra mi voluntad. Su padre llegará dentro de cinco horas, ¡espero que no hará tontería durante este tiempo!

De regreso a la escuela estoy, otra vez, sumergido de preguntas de los demás. Muy cansado, me siento cerca de la piscina y cuento a los que quieren lo que pasó y, lo que pasa y lo que pienso que pasará. Tomo tiempo también por dar la bienvenida a un amigo que fue a Madrid y con quien pensábamos quedar más tiempo. Por la noche, una estudiante alemana hace su cena de despedida y estoy invitado. Lo cómico es que se ubique en el restaurante donde mi tocayo y yo queríamos hacer la(s) nuestra(s).

El vienes es mi último día. ¡No lo vi llegar! Ya… mi último día… Tengo que irme mañana… No me lo puedo creer… Por la mañana, tomo tiempo para hacer mi maleta, no había preparado nada, ahora tengo que hacerlo. Voy por la escuela a las doce haciendo mis últimas compras. Hacemos la graduación y recibo mi diploma de B2. Después de días completos hablando español con todo el mundo en el hospital, es una buena noticia que me acepten el B2, ¿no?

De manera completamente práctica, no recuerdo si lo he dicho o no. Al inicio reservé tres meses en Madrid y tres meses aquí. Hice mi primera estancia y cuando llegue a Tamarindo decidí irme más temprano. Así que corta mi estancia en este viernes diez de enero, después de la Navidad, del Año Nuevo y de las vacaciones de los demás. Cuando estuve con Bez en el hospital, pide a mi oficina de venta de cancelar la última semana que no pude hacer y (después de explicarle que rechazar sería muy mal visto) lo aceptan. Por eso, no tenía clase estos dos últimos días que pasé a Tamarindo. Las semanas cancelas las cambio por una estancia de cuatro… a ¡Dublín! Pero eso, lo veremos más tarde…

Ultima tarde, última noche… Quedamos con Maxime, Emmanuel y otro estudiante en la playa para ver el atardecer y tomar una copa. Por la cena, la pide a mi familia, juntos y a casa. Me parece que hace semanas que no les veo… Les chicas quieren traer me de fiesta pero no me siento de salir. Además me levanto a las tres de la mañana para tomar el bus y… ¡No! ¡Esperad! Ya es bastante largo, ¿no? ¡Esperad hasta el próximo artículo!

¡Hasta la próxima!

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