lundi 30 décembre 2013

El_neptúnico ... ¡en Costa-Rica ! Semana 6

La semana más imprevista de todas...

Como Maxime está de vacaciones con sus padres, su hermano y sobre todo novia, paso mi tiempo con mi tocayo. El, como yo, estamos al fin de nuestra estancia y queremos disfrutar lo más posible. Entonces, salimos pronto este domingo porque las olas son buenas para surfear. Coco viene con nosotros, alquilamos nuestras tablas y entramos en el mar alrededor de las nueve de la mañana. Una media hora más tarde, estamos disfrutando mucho y veo a Bez salir del agua. Me quedo dentro y algunos minutos después voy para ver lo que pasa porque no regresa. Voy por donde están los zapatos y no veo nadie, vuelvo y veo Bez en el arenal acostado con un desconocido encima de él.

No tomo tiempo para entender y empiezo a correr hasta él. Cerca, me dicen que Bez recibió un golpe con una tabla de surf y le duele el cuello. Hasta ahora, nada de grave. Un turista nos ayuda e intentamos poner a Bez de pie. De repente cuando está de pie se cae. Las cosas se ponen mal y llamamos a la Cruz-Roja para que sea revisado por un médico. Durante la hora y media que esperamos la ambulancia, Bez perdió la consciencia regularmente acostado sobre su tabla de surf. Por fin llamamos a otra ambulancia, privada, que vino muy rápidamente.

De allí, nos vamos en emergencia al centro medical de Villareal que no está muy lejos. El medico es claro, no hay elecciones, Bez tiene que ir lo antes posible a San José hacer radio y exámenes. Tenemos el tiempo de recuperar algunas cosas personales como su pasaporte, su tarjeta de seguro, un cambio y eso gracias a la ayuda de mi hermana-tica, Susana y Coco. Después de una llamada con el seguro, el personal de la ambulancia nos confirma que un helicóptero está llegando y que un acompañante tiene que ir. Como tengo el mejor nivel de español y de francés… ¡voy!

Una hora más tarde, estamos en el aeropuerto de Tamarindo y el helicóptero llega. Coco y yo ayudamos al traslado y subo al lado de la médica… ¡bastante guapa! Desgraciadamente, Bez no puede disfrutar tanto de la médica y tampoco del vuelo así que hago foto esperando darle un pequeño suvenir después de su mal sueño. El piloto nos dice que como volamos con vientos contrarios, necesitaremos más tiempo. Ósea que llegaremos dentro de cincuenta y cinco minutos contra treinta y cinco normalmente… ¡¡en coche son cinco o seis horas!!



En este punto de la historia, quiero aclarar una cosa: Desde la (primera) ambulancia hasta el fin que veremos más tarde, hablo únicamente en español con todas las personas que encuentro. Mi tocayo, él, lo intenta también pero es mucho más difícil hablar otro idioma cuando tiene tanto dolor y que está “drogado”.


Aterrizamos directamente sobre el aparcamiento del Hospital Clínica Bíblica (HCB) esperados por un equipo médico y algunos paparazis (el helicóptero, es como en Francia, un evento) y nos vamos rápidamente a urgencias. Otra médica se encarga de hacer los primeros exámenes y yo voy al servicio de admisión para completar los documentos. Nos tengo todos los datos pero suficientes. Un punto importante, al momento presente, hace ya seis horas que mi pequeño protegido está acostado en una tabla rígida (tabla de surf y otras camillas) sin poder mover nada para no movilizar sus miembros. Todo pasa bien, tenemos que esperar un poco la confirmación de pago del seguro y podrá hacer lo otros exámenes.
“Un poco”… Es lo que pensamos… “Un poco” ¿tico? No, por supuesto, el seguro es alemán. “Un poco” ¿alemán? Eso significa casi nada, como… no sé… una hora, ¿no? ¡No! No es una hora, ni tampoco son tres horas,  ¡¡¡¡¡¡¡son SEIS horas más que tenemos que esperar!!!!!! Van a decirme que puede ser normal en un hospital… pero es un hospital privado, ¡de lujos! Y no esperamos por el hospital, sí que esperamos por el seguro. ¿Y sabéis porque? Porque el seguro está buscando un médico en Alemania para confirmar los datos de la doctora y si hay que pagar o no. ¿Y eso? ¡¡A las TRES de la MADRUGADA allí!! ¿Penséis que hay muchos médicos despiertos un lunes a las tres de la madrugada? Lo más “divertido” es que el hospital tiene una política especial relacionado con el tiempo de espera: Un paciente no puede esperar más de seis horas, después tiene que pagar el resto y seguir el tratamiento o pagar los exámenes hechos e irse. ¿Cómo podemos irnos mientras Bez no puede mover y tiene que quedarse acostado sobre su tabla dura? Buena pregunta a la cual alguien contesta: “Tomar una ambulancia publica gratis y hacer vueltas en el barrio o buscar otro hospital”… Cómico, ¿no? Lo podría ser… pero a Bez sigue doliéndole y ahora ¡tanto la espalda como el cuello! Por fin necesitaremos otra vez la gran ayuda de la escuela y de su director que llama al seguro y le amenaza si no hacen nada… De repente, recibimos el correo electrónico de confirmación y cinco minutos después el staff viene a buscar a mi tocayo para hacer los exámenes esperados…


Diez minutos más tarde, regresa del “TAC” (equivalente al “IRM” de Francia) y puede subir a su habitación. Con la ayuda de la doctora y después de TRECE horas, puede por fin ir a una cama sin esta tabla de tortura. Ya es muy tarde y estamos muertos de sueños. A mi tocayo le duele bastante así que recibe una inyección para tranquilizarle, voy a ducharme y está durmiendo cuando regreso. Este día ha sido terrible, ¡espero que el siguiente sea mejor!

Durante los días siguientes, Bez mejora bien. Los exámenes salen bien, no hay nada, ni un hueso quebrado, ni problema en el cerebro, ni nada. Poco a poco, recupera su autonomía pero sigue con mucho dolor y necesita tres días para caminar no sin ayuda (relacionando con un muy mal equilibro). El martes treinta de diciembre, una enfermera me explica que, tal vez, su falta de equilibro pueda seguir durante meses… Buena notica de un lado, mala del otro… ¡La vida es dura! Para él, que sabrá eso días después, o para mí, tenemos momentos alegres y otros difíciles. En este momento, él quería solo una cosa: salir el treinta y uno para estar en Tamarindo por la noche del año nuevo. Yo no lo creo pero… El último día del año, Bez está muy contento de poder demostrar al médico jefe que puede caminar y hacer todos los ejercicios entonces, sí, ¡podemos salir!

¿Y qué? Son las cuatro de la tarde y el señor enfermo no puede tomar coche para regresar. ¿Ambulancia por ochocientos dólares o noche vieja en San José y vuelvo el primero por medio día por menos de cuatrocientos dólares? Lo habéis entendido, no pasamos la noche en Tamarindo, con lo otros, en la playa… Vamos al hotel y descansamos y esperamos a un staff de la escuela que está con nosotros desde hace algunos días para salir a la medianoche. A las dos de la madrugada, me despierto: Ya, es 2014, no vi nada. Estoy enfadado y me duermo de nuevo. A las seis y media, despierto a Bez para darle su medicamento y me saluda con un “Feliz año nuevo” un poco irónico… :p




No podemos llamar nadie, la red está saturada… Nos vamos del hotel y, tomando nuestro tiempo, caminamos por la calle turística, vemos el Museo Nacional (cerrado el primero de enero…), paramos regularmente para que Bez descanse, escuchamos lecturas bíblicas durante una misa en la Catedral de San José y tomamos el bus público para llegar al aeropuerto. Él está cansado, las vibraciones del bus le duelen mucho y tengo que mantener su cabeza. En el aeropuerto, todo está bien, puedo pasar la migración con únicamente la copia de mi pasaporte, adelantamos a todo los demás porque Bez está enfermo y podemos descansar un poco. Hot dog, medicamentos, agua y hielo en el cuello y estamos listo para subir dentro del pequeño avión de NatureAir.



El avión es muy mono y estamos muy pocos adentro. El despegue es un poco doloroso pero rápidamente Bez se duerme. Antes de llegar, le despierto para que disfrute un poco de la vista: sobrevolamos Tamarindo haciendo una vuelta sobre el mar con vista maravillosa… ¡Tenía que verla! El aterrizaje no es tan malo y el taxi que encontramos tampoco. Volvemos a Santa Roza muy despacio (veinte kilómetros por hora, no más) y por fin él regresa a casa, con su familia y su cama.





¡¡Qué aventura!! En este miércoles, podemos relajarnos y disfrutar del fin del día. Yo vuelvo a casa y cuento esta mala aventura a mi familia. Susanna estaba muy preocupada.

El día jueves, tomo el bus para la escuela y estoy saturado de preguntas de todos los estudiantes. Todos saben que algo pasó pero no tienen los datos correctos. Al llegar a la escuela, voy por donde está la directora académica y le confirmo que todo está bien ahora. Nos falta únicamente una cosita que le gustaría mucho a mi tocayo: Venir a dormir en la residencia para volver a clase lo antes posible. La persona encarga de eso busca una solución y me confirma que sí es posible. Muy rápidamente, el chófer de la escuela y yo vamos a buscar a mi protegido. En camino, sacamos partido para recoger a otros alumnos que querían tomar el bus público. La familia de Bez no dice nada pero no piensa tampoco que es una buena idea. Por lo tanto, quedarse en cama durante tres o cuatros días sin ver a nadie ni internet, ¡puedo entender que sea muy aburrido!

Muy despacio, llegamos a la escuela y el pequeño héroe hace su entrada… ¡conmigo para no caerse! Todavía, su equilibro no es perfecto y me da miedo verle caminar en zigzag. Por lo tanto, tengo que dejarle vivir su vida y hacer lo que él quiere. De mi lado, tengo clase y él puede, por fin, llamar a su novia para tranquilizarla.

La semana fue muy cansada y me alegro de volver a Tamarindo, descansar en la piscina, en la playa o en casa. Tengo que decir que, sí era difícil y cansado, pero era una experiencia muy interesante. Además, mi tocayo me regaló un tour en helicóptero y otro en mini-avión, eso no es nada :p


PD: Olvidé deciros que al salir del hospital tenemos la buena sorpresa que el seguro no envió la extensión del pago y que Bez tiene que pagar casi dos mil dólares de médico...

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